Reconozco que a veces soy cruel.
Mis amigos lo saben y han reído muchas veces con mi particular forma de ironizar
con aquello pudiese parecer “negativo” en otras personas. He intentado dejarlo,
pero he notado que aun siento cierto nivel de gozo al hacerlo. Por esta razón
he tomado la decisión de observar esta tendencia, manteniéndola en rangos que
neutralicen lo más posible su nocividad y aceptarla hasta que desaparezca. Tal vez,
aun cumple una función necesaria para mí.
Al respecto generé la siguiente
hipótesis:
La crueldad en el humor,
probablemente se relaciona con la vergüenza que producen ciertas cosas del otro
que, de un modo u otro, tienen resonancia con uno mismo. Tendemos a ironizar, a
burlarnos o a ridiculizar aquellas cualidades o situaciones de las que queremos
alejarnos lo más posible. Hacemos mofa de todo aquello con lo que no nos
queremos identificar y que, muy probablemente, ya forma parte de nosotros
mismos.
Lo más difícil de aceptar es que, la ironía con uno mismo puede tener la misma "logoca".
Lo más difícil de aceptar es que, la ironía con uno mismo puede tener la misma "logoca".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios son bienvenidos...