¿Cuál será
el mecanismo psico-neuro-fisiológico que hace que los besos sean algo tan
importante y placentero para los humanos?.. Habrá alguna explicación científica
para ello o simplemente a alguien en algún momento de la historia se le ocurrió
que juntar los labios y besarse resultaba erótico y amoroso y, tras años de
comunicación y experimentación oral pasó a ser “trending topic” y a
masificarse?
Tan emocionante
es el momento de “el primer ósculo” que uno espera con más ansias el beso que
el polvo en las películas y las teleseries... El resto pasa a ser sólo agregado.
Pero como
siempre alguien tiene que desperfilar aquello tan bello y poético, vengo yo a
mostrar aquella parte de los besos que puede resultar graciosa o, asquerosa,
dependiendo de la lectura que cada uno quiera o pueda darle.
En una de
las tantas académicas y letradas conversaciones sostenidas con cierto grupo de
amigos y amigas, salió el tema a colación, del modo menos glamoroso y romántico
que podría haberse pensado. De esta magnánima tertulia surgió una desafortunada
lista que, a partir de mi resbaladiza imaginación, terminó transformándose en
una vasta tipología de los besos.
Aquí vamos
con la tipología no oficial del ósculo imperfecto:
1. El beso
tenso: Es aquel beso, tal vez muy esperado, en que los participantes están más
preocupados de hacerlo de manera correcta que de entregarse simplemente a la
experiencia. Este beso es muy calculado y poco espontáneo; la, ritmicidad es
perfecta, el uso de lengua es moderado,
la apertura y cierre de labios está
dentro de lo adecuado y el movimiento de cabeza hacia un lado u otro es
bastante coordinado. Luego de ese beso, suelen generarse espacios
incómodos seguidos de nuevos besos tensos y, si el contexto lo permite, de a
poco puede ir distendiéndose el ambiente y generándose besos más naturales y
apasionados.
2. El beso
atáxico: Ocurre cuando, ya sea por ansiedad o simplemente incompatibilidad bucal o mandibular, los contendientes no logran coordinar sus
movimientos, generándose desencuentros menores, como el choque de dientes, o
mayores, como mordeduras, enredos linguales, cabezazos, narizazos u otros
accidentes.
3. El beso
escrutador: Es aquel en el que uno de los dos o ambos, utilizan una lengua
telescópica escrutadora que pasea por toda la boca de manera invasiva,
investigando muelas, espacios entre inter-dentales, encías e incluso en ocasiones,
puede llegar a generar reacciones adversas al tocar las amígdalas o la “campanita”.
4. El beso
baboso: Así de corto... Es aquel beso en el que uno o ambos copartícipes aportan
con una cantidad de fluido salival inusual o, en ocasiones, imprudente,
generando pausas para tragar. Cuando el beso no es del gusto de ambos, puede
ser altamente desagradable. Lo “romántico” que tiene este tipo de besos, es que
incluso, al dejar de besarse, ambos pueden continuar unidos por un hilito que ha quedado, concretamente, perpetuando la alianza.
5. El beso
ventilador: Es aquel en el cual uno o ambos besadores, mueve la lengua rítmica
y ordenadamente como un asa de ventilador dentro de la boca del otro, de manera
repetitiva e insistente, como si no hubiese otros movimientos posibles para
innovar.
6. El beso
chupeteado: Se da cuando uno de los dos o ambos, además de simplemente besar,
chupetean o lengüetean la pera, las mejillas y el cuello del otro... Ese beso,
dependiendo de los PH y sensibilidades, puede requerir un pronto lavado con
jabón suave para que el cutis no se reseque ni se erosione.
7. El beso irritante:
Ocurre cuando una pareja afronta sus primeros besos, los PH aun no son
compatibles y/o el hombre tiene una barba incipiente (que es la más compleja).
Cada movimiento “oscular” va acompañado de raspones en la pera, en la nariz y
en la zona entre la nariz y la boca. Esos besos son complicados, porque terminan
siendo muy delatores para la fémina en cuestión, que queda con toda esa zona
irritada, despellejada o francamente pelada. ¿Y qué explicación da uno?...
¿Alergia?... ¿Resfrío extremo con irritación hasta en la pera de tanto
sonarse?... La verdad es que nadie se la cree.
8. El beso
almeja: Es ese beso en el que uno o ambos besadores sacan tímidamente un
poquito la lengua y luego la vuelven a entrar, en repetidas ocasiones, como una
frágil almejita tanteando el territorio exterior.
9. El beso
lengua gorda: Es el beso en el que uno de los dos tiene una lengua gorda e
invasiva, que limita la respiración y el movimiento oscular del otro. Un asco
desde cualquier punto de vista.
10. El beso “Munra,
el inmortal”: Prefiero no explicarlo por respeto a los lectores. Los mayores de
30 años que hayan visto dibujos animados en su infancia podrán imaginárselo.
Y, tras esta
serie de desafortunadas descripciones, para dar un final apropiado a esta
columna, terminaré describiendo “el beso perfecto”. Es aquel en el que de
manera absolutamente natural todo ocurre de manera coordinada, los elementos e
implementos se utilizan en su justa medida y la ritmicidad, velocidad e intensidad
varían de acuerdo a los niveles de pasión imperantes.
En fin; tal
vez más de algún lector o lectora pueda aportar a esta útil clasificación con
una nueva e interesante tipología.
“Bésensen y
ámensen” todos, pero mantengan siempre una buena higiene bucal.
Esta columna ha sido auspiciada por la Asociación Internacional “Dentistas
por besos más limpios”.
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